Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)

Todos hemos oído hablar del TDAH. El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad es una condición psicológica que parece estar cada vez más presente: cada vez más niños pasan de ser considerados simplemente «nerviosos» a ser diagnosticados con esta psicopatología.

Muchos profesionales han expresado su preocupación sobre la posibilidad de un uso excesivo de este diagnóstico, pero el propósito de este artículo no es debatir este tema, sino definir el TDAH y describir los criterios para su identificación. También se enfatizará en explicar los dos tipos de TDAH.

¿Qué es el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad?

Las siglas TDAH se refieren al Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad. Este trastorno se caracteriza por una notable hiperactividad, impulsividad e inatención, y suele manifestarse durante la infancia.

A menudo, se asocia con otros trastornos como el trastorno negativista desafiante, trastornos de conducta o dificultades en la lectura, y se detecta a través de problemas en el rendimiento escolar o conflictos en el entorno familiar o con amigos.

Estudios familiares, de adopciones y de gemelos indican que el factor genético tiene un papel importante en este trastorno.

Tipos de TDAH y sus características

Existen dos tipos de TDAH:

  • Con predominio de déficit de atención
  • Con predominio de hiperactividad-impulsividad

A continuación, se presentan los síntomas asociados a cada uno de estos subtipos. Cabe destacar que para diagnosticar TDAH, estos síntomas deben persistir por al menos seis meses con una intensidad desadaptativa e incoherente con respecto al nivel de desarrollo, y se deben presentar al menos seis de los siguientes síntomas descritos en el manual de diagnóstico DSM-5.

TDAH Desatención

Este tipo de TDAH se caracteriza por problemas significativos en la gestión de la atención, afectando tanto el rendimiento académico como las interacciones sociales.

  • Frecuentemente no presta suficiente atención a los detalles o comete errores por descuido en tareas escolares, laborales o en otras actividades.
  • A menudo tiene dificultades para mantener la atención en tareas o actividades lúdicas.
  • A menudo parece no escuchar cuando se le habla directamente.
  • A menudo no sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares, encargos u obligaciones laborales (no debido a comportamiento negativista o incapacidad para comprender instrucciones).
  • A menudo tiene dificultades para organizar tareas y actividades.
  • A menudo evita, le disgusta o se muestra reacio a realizar tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido (como trabajos escolares o domésticos).
  • A menudo extravía objetos necesarios para tareas o actividades, como juguetes u objetos escolares.
  • A menudo se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes.
  • A menudo es descuidado en las actividades diarias.

TDAH Hiperactividad-Impulsividad

Este tipo de TDAH se centra en la mala regulación de la conducta, que es errática y con pocas pausas.

  • A menudo mueve en exceso manos y pies, o se remueve en su asiento.
  • A menudo abandona su asiento en situaciones en las que se espera que permanezca sentado.
  • A menudo corre o salta en situaciones inapropiadas (en adolescentes o adultos puede limitarse a sentimientos subjetivos de inquietud).
  • A menudo tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio.
  • A menudo «está en marcha» o actúa como si tuviera un motor.
  • A menudo habla en exceso.
  • A menudo precipita respuestas antes de que se completen las preguntas.
  • A menudo tiene dificultades para esperar su turno.
  • A menudo interrumpe o se inmiscuye en las actividades de otros (por ejemplo, se entromete en conversaciones o juegos).

Posibles causas

Actualmente no se conoce una única causa que explique la aparición del TDAH, aunque ciertos eventos durante el desarrollo del organismo pueden propiciar este trastorno, y se ha demostrado que existen predisposiciones genéticas. Por ejemplo, el consumo de tabaco por parte de la madre durante el embarazo incrementa las probabilidades de que el feto desarrolle alguno de los tipos de TDAH.

Terapias y tratamientos para niños y adultos con TDAH

Finalmente, es importante destacar que existen muchos tratamientos eficaces para minimizar el impacto del TDAH en la vida de niños, adolescentes y adultos, y no todos implican medicación. Por ejemplo, las terapias cognitivas y conductuales, el entrenamiento para padres y en habilidades sociales, y la reeducación psicopedagógica son buenas alternativas.

Una de las pocas ventajas de que el TDAH «esté de moda» es que continuamente se realizan estudios para mejorar los tratamientos, y los profesionales pueden actuar de manera muy eficiente tanto en la detección como en el tratamiento.

No obstante, es importante recordar que los niños, por naturaleza, son nerviosos y este comportamiento es normal. Solo se debe prestar atención especial si se cumplen los criterios diagnósticos mencionados, momento en el que es necesario acudir a un profesional para obtener orientación.

Asimismo, es crucial insistir en que los tratamientos que no implican medicación son igual o más eficaces para tratar el TDAH, por lo que debemos seguir las indicaciones de un profesional de la salud mental. Un enfoque comprensivo de estos trastornos de la conducta infantil puede ser mucho más útil que aquellos que priorizan la intervención directa y la administración de psicofármacos.

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