Establecer relaciones es una experiencia común a todas las personas a lo largo de la vida. A lo largo de los años, formamos diversos tipos de vínculos, cuya calidad depende en gran medida de nuestro estado emocional y mental.

Nuestro estado emocional puede variar por numerosos factores. Esto se vuelve especialmente evidente cuando la ansiedad entra en juego. La ansiedad puede influir en varios aspectos de nuestra vida, incluyendo el trabajo, el autocuidado, la vida familiar y, por supuesto, nuestras relaciones, que son uno de los aspectos más fundamentales y afectados.

¿Qué ocurre cuando una persona se relaciona desde la ansiedad?

Comprender esto nos ayuda a entender cómo una persona puede cambiar con la ansiedad y cómo esto afecta su manera de relacionarse. La ansiedad puede manifestarse de diversas formas, y cada persona la experimenta de manera única. Algunos síntomas comunes incluyen:

  • Síntomas físicos: taquicardias, palpitaciones, falta de aire, cansancio, nudo en el estómago.
  • Síntomas psicológicos: inquietud, agobio, miedo, sensación de perder el control, dificultad para tomar decisiones.
  • Estar en alerta, bloqueos, dificultad para concentrarse, despistes, rumiación.

Estos síntomas pueden hacer que la persona con ansiedad muestre irritabilidad, tenga dificultades para iniciar o mantener conversaciones, y evite situaciones sociales. Otros síntomas habituales incluyen:

  • Miedo a bloquearse o no saber cómo manejarse.
  • Dificultades para expresar opiniones o hacer valer sus derechos.
  • Miedo a conflictos o a molestar a otras personas.
  • Inseguridad y cambios en el estado de ánimo.

La ansiedad puede afectar las relaciones porque las personas a su alrededor pueden no entender lo que está ocurriendo. Al ser una condición invisible, es común que otros juzguen o critiquen estos comportamientos. Esta falta de comprensión puede empeorar la ansiedad de la persona afectada, llevándola a sentirse más frustrada y sola.

¿Te has sentido alguna vez en este bucle?

¿Qué puedes hacer si te identificas con estas situaciones?

  1. Sé comprensivo contigo mismo/a: No has elegido estar así. No te castigues por ello, ya que esto no ayudará.
  2. Explica lo que te pasa y pide comprensión: Hablar sobre tu ansiedad puede ayudar a otros a entenderte mejor. No necesitas dar todos los detalles si no te sientes cómodo/a, pero hacerles saber lo que estás pasando puede ser útil.
  3. Empieza a trabajar en tu ansiedad: Identifica tus síntomas de ansiedad para normalizarlos y no tenerles miedo. Intenta entender qué situaciones desencadenan tu ansiedad para abordar la raíz del problema.
  4. Trabaja tus pensamientos: Tus pensamientos juegan un gran papel en tu ansiedad. Cuestiona y racionaliza tus pensamientos, escríbelos o diles en voz alta para obtener una nueva perspectiva.
  5. Cuídate más que nunca: El autocuidado es crucial. Cuanto mejor te cuides, mejor podrás relacionarte con otros. Cuidar de ti mismo/a también significa cuidar tus vínculos.

Toma las medidas necesarias para manejar tu ansiedad. La ansiedad puede ser paralizante y tiende a ocupar más espacio en tu vida. Poco a poco, paso a paso, comienza a actuar. Los pequeños pasos se suman y te darán la sensación de estar mejorando.

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